LIPOFILLING FACIAL NANOFAT, LA REVOLUCIÓN DEL REJUVENECIMIENTO FACIAL

Conozca las novedades sobre los injertos de grasa en el rejuvenecimiento facial

Cuando el pasado mes de junio tuve el placer de compartir simposium sobre implantes de poliuretano en el último Congreso Nacional Francés de cirujanos plásticos en Niza con mi colega Patrick Tonnard, estaba impaciente por que me informase en primera persona de los resultados con su novedosa técnica de Nanograft, que publicó en 2013 en la prestigiosa revista Plastic and Reconstructive Surgery (Plast. Reconstr. Surg. 2013 Oct;132(4): 1017-26. doi: 10.1097/PRS.0b013e31829fe1b0).

Yo, que soy muy escéptico con todas las novedades que surgen en torno al lipofilling, me quedé sorprendido de que me confirmara que estaba funcionando muy bien. No como técnica de aumento de volumen a nivel del rejuvenecimiento facial como en el resto de variantes que han surgido del lipofilling facial, sino como herramienta de rejuvenecimiento/regeneración de la piel y los tejidos similar al plasma e incluso más potente.

El Nanograft, a diferencia de los Macro, Micro y SNIF grafts, no transporta ninguna célula grasa por lo que no funciona, como en los anteriores, aportando volumen.

Para poder comprender cómo funciona es básico que explique desde el punto de vista celular en qué consiste el injerto graso que se usa en el lipofilling facial.

La grasa, una vez liposuccionada y depurada según los métodos adecuados a la técnica de lipofilling, se compone de varios componentes, tres de los cuales son los que tienen finalidad clínica y utilidad. Uno de estos elementos es el componente celular graso (adipocitos y preadipoblastos); otro son las células madre pluripotenciales, mesenquimales o stem cells y la tercera son los factores de crecimiento.

De manera simplificada, las células grasas o “fracción celular” son las encargadas de aportar volumen en el injerto graso. Las células madre mesenquimales y los factores de crecimiento denominados “fracción estromal” (el estroma es la parte del tejido que funciona como soporte o andamio), no suelen aportar volumen sino más bien, su función se basa en favorecer la regeneración del tejido y la “neovascularizacion” aportando la creación de nuevos vasos.

La grasa tiene como característica única en nuestro cuerpo que, en su porción estromal, es en la que se encuentran las células madre o stem cells a concentraciones de 500 a 600 veces superior a la médula ósea que es el otro tejido de donde se sabía que era una reserva de células madre en el adulto. Esto hace que la capacidad de reparación y regeneración del injerto graso sea a fecha de hoy el más importante de los estudiados. A esta característica se le une la facilidad y alta disponibilidad para su obtención con escasas complicaciones o secuelas.

Si bien hasta la fecha siempre que utilizábamos la grasa para el rejuvenecimiento facial lo hacíamos con todos los componentes dentro de un concepto global volumétrico, actualmente, existe la técnica para poder aislar y obtenerse así la fracción estromal (células madre, factores de crecimiento y otros) con el fin de poder inyectarla de manera aislada.

Esta es la finalidad del NANOFAT. Poder inyectar solamente estos componentes con el objetivo de regenerar y recuperar aquellos tejidos que han ido envejeciendo y degenerando con el paso de los años.

El NANOFAT es una novedosa técnica derivada del lipofilling y que ,a diferencia de los otros tipos de injertos grasos, no surge con la idea de aportar volumen. Surge con la finalidad de evitar los problemas que se originaban y que por tanto limitaban el uso de los otros tipos de injertos grasos en el tratamiento de determinados aspectos del envejecimiento facial.

Podríamos decir que en un solo procedimiento vamos a aunar determinados aspectos de los rellenos muy finos de grasa, de ácido hialurónico, de la mesoterapia y también factores de crecimiento y plasma enriquecido. Todo esto sin sus problemas y con muchísimas más ventajas, por lo que probablemente se terminará convirtiendo en uno de los más potentes tratamientos regenerativos o revitalizadores de la piel.

Como hemos indicado, si bien se obtiene de la grasa, no sería un injerto puramente graso pues consiste en la inyección de células madre y factores de crecimiento y no de células grasas propiamente dichas.

Efectivamente, esta fracción estromal se obtiene de la grasa extraída mediante una mínima liposucción. Técnicamente consiste en extraer unos 10 c.c. de grasa (una jeringa) mediante una cánula muy fina mediante anestesia local en una pequeña zona de nuestro cuerpo. Extraída la grasa se realizará una emulsión de ésta pasándola de una jeringa a otra para, posteriormente, filtrar el contenido graso con una malla especial y así poder obtener la porción estromal con las células madre, desechando cualquier componente celular graso.

Una vez emulsionada se carga en jeringas de 1 ml y se inyecta mediante agujas muy finas de 27 G (insulina) en la dermis de las zonas que queremos tratar para rejuvenecer o mejorar la piel. Se trata –al igual que en cualquier técnica de lipofilling– de una intervención quirúrgica por lo que debería ser realizada por un cirujano plástico. Si sólo se van a utilizar nanoinjertos, se realizará bajo anestesia local, con una hora de duración aproximada.

Básicamente, podríamos diferenciar dos tipos de injertos grasos en el lipofilling cuya denominación hace alusión al tamaño de las partículas de grasa que tras la extracción y depurado se inyectan.

Se aprecia que, al ser los injertos más finos, existe una mayor superficie de contacto.

El denominado MACROINJERTO o MACROGRAFT es el injerto de grasa utilizado tal y como fue desarrollado por el Dr. Colleman a principios de los años 90. Fundamentalmente, su aplicación se basa en aportar volumen mediante la inyección de la grasa una vez depurada pero con la característica de haber sido extraída con cánulas de unos 3 mm de promedio con orificios grandes. Como son los mismos injertos grasos que se suelen utilizar para el relleno de zonas corporales que generalmente se posicionan en planos profundos, el grosor del injerto no suele producir complicaciones. La prioridad es la eficiencia en la obtención de los grandes volúmenes que se precisan para el relleno de glúteos, mama, gemelos o zonas faciales adyacentes al plano óseo como los pómulos. En este tipo de injerto se suele perder entre un 30-40% por lo que existe tendencia a la sobrecorrección en igual medida.

El otro grupo de injertos grasos lo constituyen los denominados MICROINJERTOS o MICROGRAFTS. En este caso, la grasa inyectada mediante esta variedad de injerto graso tiene, generalmente, un tamaño menor de 1 mm. Esto se consigue gracias a la extracción mediante cánulas más finas (de hasta 2 mm) pero cuyos orificios de aspiración no son mayores de 1 mm. Se puede así inyectarla con cánulas de 0,7 a 0,9 mm de diámetro. Todas estas características hacen que la supervivencia de estos injertos sea mayor que en los anteriores pues el requerimiento vascular de éstos es menor y la formación de vasos de pequeño calibre es mucho más rápida y eficiente al tener mayor superficie de contacto. Además, al ser injertos más finos hacen que se puedan infiltrar más superficialmente con menor riesgo de que aparezcan grumos, quistes de aceite o nódulos de necrosis grasa. Por esto, son perfectos para cualquier localización en cara, dada su facilidad de integración, pero resultan imprescindibles cuando se infiltra la grasa en planos superficiales como es la zona periorbitaria (ojera, párpados superior e inferior). Por su mayor integración, también son más útiles en áreas donde la movilidad hacía que tradicionalmente tuviéramos malos resultados con los MACROGRAFTS, como ocurre en los labios, la zona perioral y surcos nasogenianos. Además, al no tener que sobrecorregir tanto en base a la menor reabsorción, la inflamación postratamiento es menor, con una recuperación más rápida.

Una variante de MICROINJERTO que aparece en el año 2012 –desarrollada también por el Dr. Tonnard y Verpaele– es el denominado SNIF o SHARP NEEDLE INTRADERMAL FAT GRAFTING (INJERTOS INTRODUCIBLES CON AGUJA EN PLANO INTRADÉRMICO). Se trata de MICROINJERTOS extraídos mediante una variante de cánulas con orificios de 1 mm pero con un saliente afilado en los bordes, con el fin de que sean un poco más finos y que se infiltren en el espesor de la dermis a través de una aguja 23G (como la intramuscular). Continúan conteniendo adipocitos viables por lo que, además de la capacidad de regeneración tisular, mantienen la función de aportar volumen. Pero, al infiltrarse intradérmicos, su objetivo básico es el de atenuar y eliminar las arrugas cutáneas, como las de los surcos nasogenianos, las laterales de la mejilla, las verticales del labio (“código de barras”) o incluso las del cuello, arrugas que hasta ahora sólo podían corregirse mediante fillers o inyectables sintéticos del tipo del ácido hialurónico. Al ser tan pequeños y finos no originan nódulos y, como tienen una alta capacidad de integración, permanecerán durante años (no hay que repetir periódicamente), ventajas todas a las que añadiremos la capacidad regeneradora de la grasa.

Por tanto, los MICROFATS y sobre todo SNIF, son una alternativa a los rellenos de laboratorio tipo ácido hialurónico. Tienen dos ventajas básicas. La primera ser autógenos, es decir, del propio paciente, por lo que no hay rechazos o intolerancias ni granulomas. La segunda es la permanencia y capacidad regeneradora de la grasa. El inconveniente de los SNIF frente al ácido hialurónico y otros, es que es una intervención quirúrgica –que por tanto debe ser realizada por un cirujano plástico y no por profesionales sin título de cirugía– de una duración variable según las áreas a tratar pero nunca menos de una hora, aunque se puede hacer bajo anestesia local y también en combinación con otros procedimientos quirúrgicos faciales.

Como indicamos, esta novedosa técnica no aporta fracción celular grasa, por lo que no nos sirve para aportar volumen. Sin embargo, es la más potente como técnica regenerativa dentro de las variantes en el lipofilling. Su alto contenido en stem cells o células madre, con su gran poder reparador y regenerador infiltradas en piel, pueden restituir los componentes tisulares atrofiados o dañados por el proceso de envejecimiento. Con el paso de los años, la piel va perdiendo grosor y elasticidad adquiriendo un aspecto cuarteado y aquí es donde esta técnica tiene un amplísimo potencial.

Por lo tanto, nos permite corregir y suavizar arrugas, corregir lesiones pigmentarias, áreas con daño solar, la coloración oscura de la ojera, liberar cicatrices, mejorar las pieles sometidas a radioterapia o reafirmar y engrosar la piel dañada y atrófica del labio superior, del escote, del cuello, de las manos…

Hay que dar tiempo a que estas células madres se diferencien y estimulen y renueven la piel por lo que. el efecto puede tardar en apreciarse entre 6 y 8 meses. Al no aportar volumen, hay que advertir al paciente de que puede que no note mucha mejoría al principio. Sin embargo, si que suele apreciarse un periodo de inflamación mucho más largo que si de fillers o mesoterapia se tratara.

Generalmente, a diferencia de los otros tipos de tratamiento, suele tratarse de una intervención única estando claros sus beneficios de regeneración y rejuvenecimiento cutáneo por encima de cualquier otra técnica disponible hasta ahora.

El objetivo ideal en las técnicas de rejuvenecimiento facial, desde luego es combinar todos estos tipos de injertos según las necesidades que plantee el paciente. Desde el estiramiento cutáneo y muscular mediante un lifting, pasando por la recuperación del volumen perdido con el injerto graso, hasta llegar a la bioestimulación cutánea con el NANOFAT. Todas estas opciones deberán ser planteadas con el fin de alcanzar el mejor resultado disponible hoy día.

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